Las mallas de seguridad son un elemento fundamental para garantizar la protección de los residentes en condominios y edificios, especialmente en departamentos ubicados en pisos altos. Su instalación no solo previene caídas accidentales de niños y mascotas, sino que también proporciona tranquilidad a las familias y contribuye a la seguridad general de la comunidad.
Pero, ¿qué dice la Ley de Copropiedad Inmobiliaria en Chile al respecto? En esta nota, te explicamos cómo funcionan las mallas de seguridad, la normativa vigente y ejemplos prácticos para su correcta instalación en los condominios.
Las mallas de seguridad están fabricadas con materiales resistentes como polietileno o nylon de alta resistencia y se instalan en ventanas, balcones y terrazas. Se sujetan a través de tensores y anclajes resistentes, lo que permite crear una barrera protectora sin afectar la vista ni la ventilación del espacio.
Algunas características clave de las mallas de seguridad son:
En muchos condominios, su instalación es opcional y queda a criterio del propietario o residente del departamento. Sin embargo, algunos edificios exigen la instalación de mallas en ciertos espacios como parte de su reglamento interno.
La Ley 21.442 de Copropiedad Inmobiliaria no menciona explícitamente las mallas de seguridad, pero sí establece principios generales sobre la seguridad y el mantenimiento de los bienes comunes en un condominio.
Algunas consideraciones importantes de la ley:
Si eres propietario o arrendatario y deseas instalar una malla de seguridad, sigue estos pasos:
En muchos condominios, los residentes pueden tener dudas sobre el proceso de instalación de mallas de seguridad en sus departamentos. Para evitar conflictos y garantizar que la instalación cumpla con la normativa del condominio, el administrador y el conserje deben seguir estos pasos:
El primer paso es verificar si el reglamento de copropiedad menciona restricciones o requisitos para la instalación de mallas de seguridad. Algunos condominios exigen que las mallas sean de un tipo o color específico para mantener la armonía visual del edificio.
Si el reglamento permite la instalación de mallas, el administrador debe comunicar al residente los pasos a seguir. Esto puede incluir:
El conserje o el administrador pueden coordinar una inspección previa y posterior a la instalación para asegurarse de que las mallas se coloquen correctamente sin dañar la estructura del edificio.
Para mantener un control, se recomienda que el administrador o el conserje registren la solicitud y el permiso en el Libro de Novedades o en el sistema de gestión del condominio. Esto evitará futuras disputas y garantizará que todo el proceso quede documentado.
Si la comunidad cuenta con una lista de proveedores aprobados, el administrador puede recomendar empresas que cumplan con estándares de calidad y seguridad. Esto evita problemas con instalaciones deficientes que podrían poner en riesgo a los residentes.
Importante: Si el reglamento prohíbe la instalación de mallas, el administrador debe explicar al residente los motivos y, en caso de insistencia, derivar el caso al comité de administración o a una asamblea de copropietarios para su evaluación.
Las mallas de seguridad son una solución efectiva para prevenir accidentes en edificios y condominios. Aunque la Ley de Copropiedad no impone su uso obligatorio, cada comunidad puede definir su propia normativa para garantizar la seguridad de los residentes. Si estás considerando instalar mallas en tu departamento, revisa el reglamento de tu condominio y toma una decisión informada en beneficio de todos.